Requiere definir bien los objetivos, ser claro, conciso, organizado y saber a que público nos dirigimos.
Hablar en público no es un tarea fácil para la mayoría de las personas. Requiere tener los nervios bien templados, definir bien los objetivos, ser claro, conciso, organizado y saber a qué público que nos dirigimos. Debemos poner un límite a nuestra exposición, no muy extenso para no "cansar" a los oyentes. No se deben decir más de unas 150 a 175 palabras por minuto, para que la gente pueda seguir correctamente su disertación. Tampoco diga menos palabras haciendo un discurso lento, para que la gente no se distraiga o pierda interés por el tema.
Los puntos que debe tener claro un buen orador son:
1 Conocer los destinatarios: Quien va a ver nuestra conferencia si estudiantes, profesores, medios de televisión, entrevistadores, empresarios, esto nos ayuda a enfocar nuestra exposición.
2 Organización: Exponer de forma organizada nuestros temas nos hace seguir le el hilo a la información que queremos que llegue al auditorio.
3 Extensión: Solo se debe exponer lo que es exactamente fundamental del tema, no se debe exceder debido a que el publico llegara aburrirse con su intervención